La hipertensión es uno de los problemas de salud más preocupantes a nivel mundial, no sólo porque es una condición que, una vez establecida, obliga a la mayoría de pacientes a tener que controlarla de por vida; sino porque el estilo de vida actual, hace que cada vez más personas adquieran este mal e incluso muchas de ellas ni lo sepan.
En este blog hemos visto cómo la hipertensión está asociada a factores físicos, como enfermedades renales, cardiopatías e incluso la vejez; sin embargo, también quedó claro que el grupo de riesgo no se limita a personas con alguna enfermedad primaria ya arraigada, sino que aspectos sociales y conductuales favorecen la aparición de esta afección. Cuando hablamos de aspectos conductuales, nos referimos a cosas tales como el estrés, fumar, beber, llevar una vida sedentaria, malos hábitos alimenticios, entre otros; es decir, de elementos que dependen principalmente del sujeto y que hacen a esta enfermedad altamente prevenible. Al ser de este modo, se esperaría que las personas que la adquiriesen por causa de su conducta fueran las menos, y sin embargo, esto no es así: la mayor parte de personas diagnosticadas con presión arterial alta, desarrollaron esta condición a partir del estilo de vida que llevan. Es por ello que es importante la intervención de la Psicologia.
La psicologia de la salud es una de las grandes herramientas que tenemos, si lo que se quiere es controlar esta situación, pues actúa en todos los niveles de atención: primaria, secundaria y terciaria. Sin embargo, las acciones que actualmente se llevan a cabo aún no son suficientes, pues es poco común que los afectados por este tipo de padecimientos reciban ayuda profesional, fuera de la proporcionada por el área médica, lo que deja a muchos pacientes en una situación en la que es dificil lograr un adecuado apego al tratamiento y finalmente abandonan, con los riesgos que esto conlleva. En cuanto a prevención y detección temprana, el panorama tampoco es alentador: el ritmo de vida moderno favorece la adopcion de malos hábitos, el descuido de la salud y la minimización de los síntomas que permitirían la detección oportuna.
Como vimos en las distintas entradas del blog, la hipertensión es un problema tan complejo, que cada caso debe ser analizado por el médico y definitivamente debe evitarse la automedicación; en cuanto a la prevención y al tratamiento no farmacológico, éstos implican la adopción de un estilo de vida saludable, el cual supone cambios que no siempre es sencillo implementar, pero en los cuales la psicologia nos puede dotar de herramientas con la que lo podemos lograr.
La psicologia de la salud es una de las grandes herramientas que tenemos, si lo que se quiere es controlar esta situación, pues actúa en todos los niveles de atención: primaria, secundaria y terciaria. Sin embargo, las acciones que actualmente se llevan a cabo aún no son suficientes, pues es poco común que los afectados por este tipo de padecimientos reciban ayuda profesional, fuera de la proporcionada por el área médica, lo que deja a muchos pacientes en una situación en la que es dificil lograr un adecuado apego al tratamiento y finalmente abandonan, con los riesgos que esto conlleva. En cuanto a prevención y detección temprana, el panorama tampoco es alentador: el ritmo de vida moderno favorece la adopcion de malos hábitos, el descuido de la salud y la minimización de los síntomas que permitirían la detección oportuna.
Como vimos en las distintas entradas del blog, la hipertensión es un problema tan complejo, que cada caso debe ser analizado por el médico y definitivamente debe evitarse la automedicación; en cuanto a la prevención y al tratamiento no farmacológico, éstos implican la adopción de un estilo de vida saludable, el cual supone cambios que no siempre es sencillo implementar, pero en los cuales la psicologia nos puede dotar de herramientas con la que lo podemos lograr.